Innovación en la Empresa Familiar

 

 

La innovación se presenta como uno de los elementos clave del presente y futuro de las compañías. En los últimos años se ha dejado atrás la visión de la innovación asociada al proceso productivo o al producto para llegar a un concepto mucho más amplio en el que se incluye el ámbito organizativo, el liderazgo, el trato con los clientes o las relaciones con los distintos agentes de interés.

Las empresas familiares siempre han tenido clara la importancia de este proceso de búsqueda constante de nuevas soluciones técnicas, organizativas o comerciales y los datos así lo atestiguan.

Según el informe “The Family 1000: Post the pandemic” elaborado por Credit Suisse en septiembre de 2020, las empresas familiares presentan un gasto en I+D como porcentaje de sus ingresos que, desde el año 2012, es superior al de las compañías no familiares. Esta diferencia se acentuó sensiblemente en 2019.

 

Por otro lado, el informe “Las empresas familiares ante el reto de la innovación”, elaborado por EY y el Instituto de Empresa con datos de Fundación SEPI, confirma esta idea. Para todos los grupos de tamaño sin excepción, las empresas familiares (EF) presentan un porcentaje de gasto en I+D+i superior al de las no familiares (ENF).

 

Asimismo, cuando comparamos EF con ENF de tamaño similar, las EF disponen de un capital tecnológico relativo a su capital físico claramente superior al de las ENF para todos los cuartiles de tamaño, excepto para el cuartil de empresas más grandes en el que no se detectan grandes diferencias.

 

Las empresas familiares no solo invierten más en innovación, sino que este proceso lo hacen de una manera más eficiente. Si analizamos el número de patentes obtenidas en relación con el gasto en I+D+i, observamos como las compañías familiares obtiene una mayor productividad a su inversión, que es especialmente relevante en el caso de las pequeñas empresas.