Goikoa, VII Premio de ADEFAN, inicia la venta de su txistorra en los E.E.U.U.
La Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar Navarra (ADEFAN) anunció la concesión de su VII Premio Empresa Familiar Navarra. Dicho galardón ha recaído este año en Embutidos Goikoa, industria de transformación cárnica familiar de tercera generación, ubicada en Sangüesa. Y que, según el presidente de ADEFAN, Iñaki Ecay, “es un agente de desarrollo económico y empresarial clave para la zona prepirenaica de Navarra”.
Fundada por el abuelo de los actuales propietarios comenzó con una pequeña carnicería en Sangüesa, su posterior proceso de crecimiento y consolidación la ha convertido en una industria de transformación cárnica “innovadora, fuerte y sólida”, en palabras de su director general, Alberto Jiménez. En realidad, Embutidos Goikoa supera los 200 empleados, logra una facturación anual de 60 millones de euros y una presencia internacional superior a los veintidós países a lo largo del mundo. Precisamente, uno de sus ‘hitos’ más recientes se acaba de producir este mismo octubre cuando ha empezado la venta de su txistorra, junto a otros productos de la marca, en el mercado de los Estados Unidos.
La entrega del VII Premio Empresa Familiar Navarra, patrocinado por CaixaBank y en el que colabora ARPA Abogados Consultores, será el próximo 20 de octubre en el Hotel Golf & Spa Castillo de Gorraiz en el marco de un almuerzo con los asociados de ADEFAN.
Dicho galardón busca, en ese sentido, reconocer aquellos negocios familiares de la Comunidad foral que han destacado por realzar como valores propios el arraigo al territorio y la vocación de permanencia. También se valora la evolución seguida por la empresa premiada, su compromiso con el empleo, así como otros elementos propios que definen el modelo de empresa familiar como la reinversión de los beneficios en el negocio, el sacrificio o la ilusión constantes de sus familias empresarias.
El consorcio empresarial de la familia Antoñanzas (2022), Venta de Ulzama-Grupo Castillo de Gorraiz (2021), Grupo Enhol (2019), Conservas El Navarrico (2018), Grupo Basarana Las Cadenas (antigua Hijos de Pablo Esparza) (2017) y Viguetas Navarras (2016) recibieron el citado reconocimiento en sus seis ediciones anteriores.
De la pequeña carnicería de Sanguesa…
El origen de la empresa ganadora de este año hay que situarlo en 1929 cuando Eugenio Jiménez, abuelo de los actuales propietarios, fundó una pequeña carnicería en Sangüesa donde fabricaba “con mimo y dedicación” su propio embutido que vendía a sus propios vecinos y a otros de poblaciones limítrofes.
Una vez asentado el negocio, Eugenio cedió el testigo a su hijo Javier quien fue el encargado del crecimiento y consolidación de la compañía “por la intuición que, junto al espíritu visionario y emprendedor, siempre le acompañó”, comenta su hijo Alberto, actual director general de Embutidos Goikoa. Efectivamente, en esta etapa, que abarca desde los años 70 del siglo pasado hasta los 2000, la empresa da un salto definitivo con el registro de la marca comercial y la conversión en sociedad anónima (año 1981), la entrada de sus elaborados en la gran distribución y la inauguración, ya en 1999, de la nueva planta de 7.000 metros cuadrados en el polígono Rocaforte, a las afueras de Sangüesa. “En ese momento, nuestro padre tuvo visión de futuro ya que su apuesta por las presentaciones de loncheado adaptadas al cliente nos dotaron de la necesaria cercanía y versatilidad para seguir una senda constante y sostenible de crecimiento”, afirma Jiménez. Los resultados, en ese sentido, no se han hecho esperar en la medida en que Goikoa hoy se encuentra entre los principales fabricantes de embutido curado de España; está entre los cuatro primeros productores nacionales de loncheados y gestiona una de las ofertas comerciales más amplias del mercado.
A la consecución de estos resultados también contribuyó, en 2005, la apertura de nuevos canales de venta a nivel nacional, coincidiendo con la época de expansión que vivió la gran distribución, así como el inicio de su andadura en los mercados internacionales. Precisamente, el 45 % de la facturación de Goikoa procede de unas ventas en el exterior que se concentran de forma abrumadora (90 %) en Europa. Por eso, Alberto Jiménez confirma que, entre sus próximos retos, proyectan consolidar su presencia en terceros países que han declarado prioritarios “como Estados Unidos, Canadá, México u otros de Sudamérica”.
Para cumplir con ese objetivo, la empresa familiar de Sangüesa tomó en los últimos años varias decisiones de forma escalonada. Por un lado, amplió sus instalaciones de Rocaforte en 2009 hasta disponer actualmente de 22.000 metros cuadrados edificados y otros 20.000 edificables. Además, desde 2016 ha venido actualizando certificaciones tan importantes para sus mercados estratégicos como BRC o IFS. Mientras que en el área de sostenibilidad, aumentó en un 65 % sus presupuestos anuales destinados a ganar eficiencia al tiempo que ha reducido el uso de plásticos para embalajes.
… a convertirse en modelo de integración familiar
Hoy, la continuidad del proyecto que representa Embutidos Goikoa está asegurada en la figura del director general Alberto Jiménez Mutiloa y sus hermanos Miguel (director industrial) y Javier (gerente industrial). Ellos representan la tercera generación a la que ya se ha sumado una cuarta en la figura de Samuel Jiménez Moriones (responsable de Comunicación y Marketing), junto a otros miembros de su misma generación.
No obstante, uno de los últimos pasos más importantes que ha tomado la empresa con vistas al futuro es la creación, junto a las empresas familiares Los Alecos y Grupo Alejandro Miguel de GAM Family justo hace ahora un año. “Es un proyecto que nace con vocación de innovar, crecer y atender a unos consumidores con tendencias cada vez más cambiantes, pero sin perder ni un ápice nuestro origen familiar basado en el trabajo bien hecho y la calidad como máximos principios”, detalla Alberto Jiménez.
De esta forma Goikoa, en palabras de su máximo responsable, ha iniciado “una nueva etapa” en la que buscan reforzar su catálogo “para ponerlo al servicio del mercado, de la sociedad”. Un movimiento que, para Iñaki Ecay, presidente de ADEFAN, constituye “un modelo distinto de integración y crecimiento que puede ser muy interesante ya que nace desde la propia empresa familiar y con los valores que siempre la han distinguido para asegurar su identidad propia”.