El modelo de apoyo a la internacionalización de la empresa española: análisis y propuestas
En el marco de la crisis en la que sigue inmersa Europa, que se está jugando en este periodo su futuro como unión económica y monetaria, España está sufriendo especialmente la falta de financiación a la que se enfrentan los países periféricos de la UE, con los mercados financieros internacionales prácticamente cerrados o sólo abiertos a precios que son no sostenibles. La economía española vuelve a estar en recesión y se enfrenta a uno de los momentos económicos más complicados desde hace décadas.
En estas circunstancias, y ante la brusca caída de la demanda interna, el sector exterior se ha convertido en pieza clave de la recuperación económica. La economía española sólo representa el 2% del PIB mundial y, por tanto, las empresas españolas tienen que ser capaces de aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado mundial, sobre todo en aquellas áreas emergentes que más están creciendo.
España ha avanzado mucho desde mediados de los noventa en su nivel de internacionalización, tanto en lo que respecta al aumento de las exportaciones, el número de empresas exportadoras, el importante auge de empresas multinacionales de origen español o los activos con los que cuentan las empresas extranjeras en el exterior. Sin embargo, para que este proceso pueda continuar, contribuyendo así al crecimiento de la economía española, las empresas necesitan ser competitivas internacionalmente, siendo para ello condición necesaria que lo sean primero en su mercado interno. Por tanto, la mejor forma de apoyar la internacionalización de las empresas españolas pasa por el saneamiento de nuestra economía, que permita, por ejemplo, contar con la financiación suficiente para acometer operaciones internacionales, o con un marco fiscal que sea propicio a la internacionalización.
Desde el comienzo de la crisis se ha puesto en evidencia el mejor comportamiento relativo de las empresas que están internacionalizadas, que cuentan con una cuenta de resultados en el exterior, con activos cuya venta puede ayudarlas a reducir sus necesidades financieras y que, además, están captando recursos financieros fuera de España. En muchos de estos casos, ya no sólo son grandes empresas españolas con activos en el exterior sino que se han constituido en verdaderas multinacionales tanto por la gestión internacional de su tesorería, como por la obtención de financiación en los mercados internacionales. Ello contrasta con la situación de muchas empresas domésticas, que se encuentran con un mercado mucho más reducido y se enfrentan a graves problemas para encontrar la financiación que les permita salir a otros países.
Si bien el número de empresas exportadoras ha crecido en los últimos años de manera ininterrumpida hasta alcanzar en 2011 la cifra de 122.987, y más de 37.000 exportaron con regularidad, se observa una concentración de las exportaciones en las principales empresas exportadoras. Destaca, en este sentido, que el intenso proceso de internacionalización de la economía española ha estado protagonizado por las grandes empresas. Las empresas del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) –el 95% de las cuales tiene presencia en el exterior y, de ellas, una de cada cuatro tiene presencia en cinco continentes- cuentan con experiencias de éxito en este ámbito.
En este nuevo impulso de salida empresarial hacia el exterior, ha llegado el momento de que las pymes jueguen un papel más relevante. Para ello, las políticas de apoyo a la internacionalización tendrán que tener en cuenta permanentemente sus necesidades específicas y hacer frente a carencias como su reducido tamaño, que suponen un obstáculo para su salida al exterior.
Por otro lado, el sistema español de apoyo a la internacionalización, ha estado marcado en los últimos años por la abundancia de los recursos financieros a nivel estatal, autonómico y local, sin un control suficiente del crecimiento de la estructura orgánica administrativa. Ello ha facilitado el crecimiento importante y la existencia de algunas duplicidades en la actividad de organismos e instrumentos de apoyo a la internacionalización, sin recurrir de manera suficiente a la necesaria colaboración con el sector privado.
En un escenario donde la prioridad debe ser el saneamiento de la economía española y el cumplimiento con los objetivos presupuestarios comprometidos, y teniendo en cuenta las dificultades de las empresas para financiar sus operaciones en el exterior, es necesario replantearse el futuro del sistema de apoyo a la internacionalización.
Como se pone de manifiesto en el presente estudio, el nuevo modelo pasa cada vez más por una mayor participación del sector privado, de manera que, por un lado, se aprovecha la experiencia de las empresas ya internacionalizadas y, por otra, se ofrezca un menú de programas adecuados a las necesidades de las empresas que quieran iniciar su proceso de apertura al exterior.
El presente informe, dividido en cinco bloques, tiene como objetivo el análisis del modelo de apoyo a la internacionalización de la empresa española, con el objetivo de proponer las mejoras necesarias en el mismo que permitan que el sector exterior español pueda desarrollar todo su potencial.
Tras esta introducción, el primer capítulo presenta el diagnóstico del sector exterior español, situándolo en el contexto internacional. A continuación, en el segundo y el tercer capítulo, se analiza el conjunto del sistema de apoyo a la internacionalización de la economía española, así como las diferentes políticas de internacionalización que han de desarrollarse en función de la tipología del mercado prioritario en el que se quiera apoyar a las empresas. Se concluye la parte de análisis en el cuarto capítulo, con el estudio de las mejores prácticas y tendencias a nivel internacional respecto a los organismos de promoción de la internacionalización.
Todo ello hace posible concluir este informe, en el quinto apartado, con un plan de acción de cuarenta propuestas concretas, de aplicación en el corto y medio plazo, con el fin de que contribuyan a una mejora del modelo de apoyo a la internacionalización de las empresas españolas, permitiendo aumentar el número de empresas internacionalizadas y el volumen de nuestras exportaciones.